Cuando despierte

(Granada - The Good girls)
M permanecía en aquella sala que olía a veneno para ratas, con grandes sofás llenos de manchas de café. Se suponía que su madre había ido para hacer unas declaraciones a la policía, pero ya debería haber salido de aquel lugar, sin embargo, las horas pasaban y nadie podía decirle que estaba pasando.
De repente, una mujer bastante mayor y con una expresión continua de indiferencia en su arrugada cara le avisó de que podía pasar para hablar con la señora Rojas.
Allí estaba, con la cabeza agachada, algo que  suele hacer cuando necesita pedir perdón. Minerva se sentó justo  en frente de su madre, no fue necesario preguntar nada. Sabía lo que estaba pasando, pero necesitaba oírlo de su propia boca. ‘Mamá, ellos ya lo saben, ¿verdad?’ preguntó M con una voz entrecortada; ‘solo saben lo que yo he querido que supieran, les conté los maltratos diarios a los que nos sometía tu padre, y también les hable sobre la última noche en la que nos agredió, les narré como, tras golpearme varias veces, se dirigió a mi hija pequeña, entonces no me quedó más remedio que coger su arma, apuntar la cráneo y disparar, lo demás está borroso en mi mente’, ‘pero, ¿por qué lo has hecho? Sabes que tu historia no es verdadera, no dejaré que te pudras en una celda’ gritaba alterada su hija entre lágrimas. ‘Será mejor que cierres la boca, tú tienes toda una vida por delante para verte aquí, además con la ayuda de nuestros abogados podrían reducir mi pena considerablemente…’ Fueron sus últimas palabras antes de que les interrumpieran. Era hora de que la Señora Rojas se dirigiera a la bonita zona que le tenían reservada en los calabozos.
M se quedó allí, sin decir nada, sin parpadear, ya no le quedaban lágrimas en los ojos, tan solo quería despertar de esta horrible pesadilla.

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